La legalización de las drogas en México (desde un abordaje transdisciplinario)


Este trabajo, lo estoy desarrollando para mi tesis de grado en la maestría, sería grato, que personas que les gusta esta temática, pudiera aportar con sus comentarios, reflexiones, observaciones y críticas, está de «moda», pero de la elección  que se tome al respeto , va de por medio el destino de la nación, en toda su extensión.

EN PROCESO DE REVISIÓN, ACTUALIZACIÓN E INCORPORACIÓN DE MAYOR ESTRUCTURA

LA LEGALIZACIÓN DE LAS DROGAS EN MÉXICO

DESDE UN ABORDAJE PSICOCRIMINOJURÍDICO.

Autor: Christian Antonio Alejandro Reyes Hidalgo.

E

l objetivo de este trabajo es analizar la viabilidad de la legalización, del consumo y comercialización de las drogas en el marco del Estado Mexicano, en el contexto actual y en la cotidianidad del fenómeno de la delincuencia organizada, que tiene estricta referencia con las sustancias psicoactivas, lo cual se haya configurado por el narcotráfico, la adicción y la violencia. En primer término es necesario bosquejar el panorama de lo que acontece día a día  en la sociedad mexicana en relación a la delincuencia organizada, el  narcotráfico y las adicciones, lo cual, en cierta medida, los medios de comunicación lo han hecho de conocimiento público. A pesar de lo anterior, y por las limitaciones de las cifras oficiales obtenidas con base en los datos de las instituciones de procuración de justicia del Estado Mexicano e injerencias de gobiernos extranjeros,  estudios independientes presumen la existencia de la llamada cifra negra, que ensancha la incidencia de los delitos relacionados con la problemática generada por el consumo de sustancias y el vínculo con la delincuencia en delitos tanto del fuero común, como del federal. En un segundo momento, se plantea un abordaje transdisciplinario, el cual incorpore al análisis las perspectivas de la Psicología, el Derecho y la Criminología, como ejes rectores, con el propósito de construir y ampliar la visión de un enfoque que ofrezca un abordaje distinto concerniente al hecho delictivo en México, que incluye a la delincuencia organizada, en el caso de este estudio al narcotráfico, el uso de sustancias psicoactivas y la relación que existe entre consumo y delincuencia, es de apremio el análisis de la urgencia e insistencia por parte de políticos, estudiosos en la materia y de un gran número de integrantes de la sociedad, que pugnan por la legalización de las drogas, tratando en este texto el razonamiento de la viabilidad de su legalización, es decir de su consumo-comercialización y  de la posible secuela de dicha exigencia nacional.

Cabe señalar que el discurso mediático de “legalización de las drogas”, hace referencia y esfuerzo para su consumo-comercialización; con ello  evitando y eliminando  una sanción en términos estrictamente jurídico-penales; el concepto “drogas” abarca al conjunto de sustancias psicoactivas, en el código penal Federal:

Artículo 193.- Se consideran narcóticos a los estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias o vegetales que determinen la Ley General de Salud, los convenios y tratados internacionales de observancia obligatoria en México y los que señalen las demás disposiciones legales aplicables en la materia.1

Aunque la ley general de Salud  incorpore artículos referentes al tratamiento a  los adictos o al consumo de determinadas sustancias y  las cantidades permitidas, los creadores de las leyes, es decir el cuerpo legislativo muestra un desconocimiento que contemple sus distintos efectos bio-psico-sociales. Así, el análisis propuesto bosqueja una perspectiva que va de lo estructural a lo individual, de la ideología hegemónica que sustenta y fundamenta paradójicamente el narcotráfico, al consumo en el individuo. Tanto al narcotráfico como al deseo de legalización-comercialización de las drogas, anteriormente se le ha estudiado desde diferentes ciencias y disciplinas de forma multidisciplinaria e inclusive unidisciplinar, dando consigo un estudio no integral, donde solo es abarcado un solo factor o una serie de factores incidentes en este fenómeno ahora etiquetado o tipificado penalmente como delincuencial, permaneciendo una escisión de abordaje; la persona que intente llegar al conocimiento de cualquier objeto, siguiendo una sola vía, una sola ciencia, resta eficacia a su pensamiento2

 

1Cámara de diputados del H. Congreso de la Unión Secretaría General, Secretaría de Servicios Parlamentarios Centro de Documentación, Información y Análisis, Código penal federal,  nuevo código publicado en el diario oficial de la federación el 14 de agosto de 1931 texto vigente última reforma publicada dof 26-06-2008; fragmento obtenido de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/9.pdf

 

2 Rodríguez Manzanera, Luis. Criminología. Ed. Porrúa, México 2010. pp.42.

Haciendo referencia a la delincuencia organizada, el discurso de política criminal sobre las penas estrictas y de mano dura, justifican un supuesto, donde la pena trata de argumentar que el hecho de la punición “dura”, impone un fuerte aliciente para dejar la actividad delincuencia, pero ¿de dónde nace este señalamiento? ¿Dónde se fundamenta dicha afirmativa? ¿Es esta política criminal una argumentación basada en supuesto o en estudios científicos previos, o tan solo es un paliativo para generar una aparente calma en la voz ciudadana?, estudios criminológicos realizados en distintas sociedades demuestran que la creación de penas severas no hay disminuido la incidencia de fenómenos delincuenciales, sino al contrario se han disparado los índices de criminalidad en diferentes contextos e inclusive países donde la distribución de la riqueza es más equitativa tanto en Europa como en América del Norte, un ejemplo de penas rígidas, es lo ocurrido en Estados Unidos de Norteamérica en los años de 1920 y 1933, donde hubo una prohibición estricta “ley seca” permanente, con penas inflexibles por consumo y distribución de bebidas embriagantes, en aquella época, esa política criminal, de control social exagerado a través de la punición dura, derivó en un aumento de la criminalidad, donde ocurrieron hechos violentos significativos y los delitos relacionados con el contrabando de alcohol y de sustancias se agudizaron, creando un ambiente de violencia extrema, es decir, en este caso la pena estricta y severa, no controló de ninguna forma las conductas que en ese momento fueron declaradas como ilegales, antijurídicas, es decir al margen de la ley, ¿cómo se pueden implementar políticas de esta naturaleza sin hacer una evaluación previa?

El control social extremo, trae consigo la tensión y la degradación del tejido social, décadas atrás se comprobó el enunciado final del párrafo anterior, donde ocurrió un aumento alarmante en el índice de las conductas antisociales relacionadas con los tipos penales que conciernen a esta publicación, casualmente lo anteriormente descrito ocurrió con el alcohol, una sustancia ampliamente consumida por un enorme sector de la población, y que hasta nuestro días es consumida y es considerada una de las sustancias socialmente más aceptadas, pero paradójicamente más dañinas para la salud de la vida humana, según estudios de institutos serios, más adelante  se abordará y desarrollará dicha aseveración.

 Décadas después se comprueba que la represión es causante de diversas reacciones en los diferentes sectores de la sociedad. Pese a que el contexto y el panorama de EUA, en esos momento era totalmente diferente al que México vive hoy en día, se puede apreciar una estrategia similar, donde las políticas criminológicas preventivas, son desplazadas por políticas de prohibición y de control social, a través de la criminalización de distintas conductas que años anteriores no eran representativas en las estadísticas de delitos y sanciones con el resultados de todas sus consecuencias que derivan de estas.

El legislador que busca acallar las demandas sociales urgentes en materia de seguridad pública sin estudios disciplinarios previos, corre el riesgo de equivocar el camino, y ser causante de lo contrario que desea combatir, es decir la agudización de un fenómeno especifico, en este caso, el consumo de drogas, el narcotráfico y la delincuencia organizada;  este tipo de problematización debe sin duda tener un abordaje serio y científico, donde dejar la toma de decisiones en supuestos, puede ser causantes de la vulnerabilidad poblacional y el aumento del fenómeno en cuestión, además de un caldo de cultivo para la violación a las garantías individuales donde precisamente la nueva creación de políticas de seguridad pública que limita los derechos de los ciudadanos y aumenta las facultades de los organismos de control social, como son principalmente las policías en los tres niveles de gobierno, es decir federal estatal y municipal, y el ejercito que se mantiene en las calles sustituyendo la labor rebasada de las policías, agudizando la problemática que envuelve a los tipos penales citados en este trabajo; sumando lo anterior se agrega otras variables representativas, como es la alienación de personas que se mantienen al margen de la ley y que se unen a grupos delictivos  según la situación de ingreso per cápita, desarrollo social, nivel educacional, desempleo y la cobertura de  necesidades básicas inmediatas en conjunto con la estructura de personalidad que presenten estos sujetos.

Con la descripción se puede apreciar que los fenómenos ahora marcados como delincuenciales presentan todo una gama de posibilidades y entrevejos, parte de la labor de las ciencias sociales y de la salud, es desmarañar esto y dar una aportación para llegar a una posible resolución, no se debe de mirar a otro lado, cuando se menciona que las causas del delito son multifactoriales y donde  la delincuencia no puede ser abordada como un hecho social aislado y estandarizado de forma irracional , ambas representan situaciones especificas e interesantes de tratar, su estudio constituye un reto digno de aceptarse.

 De la personalidad, el hecho delictivo y la sanción,  a lo largo de este texto se dará una argumentación donde explique y describa la relación existente entre la estructura de personalidad de quien comete conductas marcadas como delictivas y su relación con la sanción, la pena privativa de libertad, la reinserción y la readaptación social, y las instituciones encargadas del control social.

Es de llamar la atención porque el sujeto que se le trata de castigar a través de mecanismo de control social severos, paradójicamente se estimula, perfecciona y crea una retórica pronunciada a las instituciones relacionadas con la seguridad pública y la impartición de justicia; quien delinque como parte de la delincuencia organizada, casualmente en lugar de ser amedrentado con la mano dura, da un más la casta, es decir, arriesga más, se cuida más, perfecciona su método, es más letal, pues el caer y ser sujeto a la acción penal, o estar en un enfrentamiento con corporaciones que poseen armamento de alto poder de detención, es desde su percepción, básicamente pena de muerte.

Se debe destacar que por la fuerza y la intensidad de las fuerzas armadas y policiales en su actuar, la persona o el delincuente se encuentra en una controversia mayor, matar o morir,  y en el caso de que ocurra una detención,  al ser aprendido sería duramente sancionado y con una posibilidad realmente ínfima de volver a salir a la calle y reintegrarse a la sociedad, si a se le conjuga que precisamente quienes forman parte de la delincuencia organizada  rompen todos aquellos diques que al ciudadano común lo mantiene sujeto para no quebrantar la ley, el que delinque en este tipo de organizaciones presentan claramente una estructura de personalidad especifica, evidentemente antisocial, lo cual la temibilidad ante la sanción es realmente baja o hasta en algunos caso incluso nula, pues no hay un sentimiento de reciprocidad social, no existe una tolerancia, un gusto por el bien social, un apego a la norma, a la ley,  y donde predomina una descalificación tácita a las instituciones que conforman el gobierno y si a eso adjuntamos que las oportunidad laborales y de desarrollo económico es  escaso,  o en situaciones cada vez más reiterativas cuando las situaciones de vida son paupérrimas, el fenómeno delincuencial es claramente reforzado; tanto líderes de los cárteles, como quienes delinquen para ellos y tiene un menor rango crean una subcultura de la ilegalidad, donde se valida las conductas antisociales y se les da una argumento, una justificación; la combinación del aumento de las expectativas  y la disminución de las oportunidades para los sectores de menor educación, es un coctel explosivo y lo será cada vez más3

3Oppenheimer, Andrés, Cuentos chinos (El engaño de Washington, la mentira populista y la esperanza de América Latina) Ed. de bolsillo, México. 2006

Una muestra de lo anterior es que en  la vox populli dentro de las organizaciones criminales, se tiene la siguiente creencia

“vivir 3 años como rey a vivir toda una vida como buey”

Esta frase más allá de la risibilidad y comicidad que profiere, realmente  clara y concisa, contundente, ausente de temibilidad, carente de apego a la norma, y claramente desafiante a las políticas de “mano dura”, y que presenta una en el pensamiento del narcotraficante una estimulo para arriesgar al máximo, arriesgándolo todo, inclusive su vida o de su familia nuclear o extensa.

Se puede vislumbrar que el fenómeno de la delincuencia organizada y el narcotráfico, no es únicamente el hecho de ambicionar una vida llena de lujos, sino una variante de aspectos, por eso se menciona en criminología actual que el hecho delincuencia y el delito es multifactorial.

Haciendo referencia a párrafos arriba y mencionando al Derecho Penal, por otra parte está la existencia de otra ciencia o disciplina, como se le prefiera denominar que desde la perspectiva que se dará en este ensayo se representa como una ciencia, esta es la ciencia criminológica.

El mismo fenómeno que con el Derecho Penal, la teoría del delito y la penología  ocurre  con la criminología, pues existen diferentes corrientes, unas basadas en ambientes socialistas, otras en sistemas económicos capitalista, sin embargo si en algún determinado momento histórico cualquier corriente actué en beneficio de la población, de la sociedad no tendría se caso ser descartada, pues precisamente uno de los objetivos de la ciencias sociales es estudiar los aspectos del comportamiento y actividades de los humanos y si dicha actividad representar una problemática o un menoscabo social, con ayuda de las ciencias sociales se buscara precisamente la resolución de cualquier conflicto que se presentase. 

Dentro de la criminología se encuentra, aun es vigente la desvirtuada criminología critica, no se hace el señalamiento de forma peyorativa, sino de la apreciación de modelos económicos que la evidencian como inconveniente, desatinada y fuera de lugar, esta corriente de la criminología presenta y representa la explicación de las causas de los fenómenos delictivos  , como consecuencia de los conflictos sociales, de la falta de oportunidades, de la desigualdad social, de los modelos económicos desiguales, del control social,  del poder exagerado por parte del Estado, de la pugnas y luchas entre clases, ad infinitum. Es preciso destacar que si en algún determinado momento histórico y a una sociedad especifica pudiera auxiliar a la resolución de conflictos sociales, no debería ser descartada, sin embargo lo es, pues no es conveniente al poder, no es apropiada para la globalización y es relega por no ser conveniente para los gobiernos neoliberales.

De esta forma el movimiento critico también conocido como radical dentro de la criminología no ha surgido con fuerza, puesto que el Estado es el que controla, avala, desecha o respalda según su interés, además que cabe mencionar que las ciencias sociales están seriamente influenciadas por la ideología burguesa (quien controla el capital), que impide de una forma igualmente radical y obviamente incide en dogmatizar lo estudios criminológicos, radicales, invalidando todas aquellas posturas que contraponen su ideología ortodoxista y con ello sus intereses de grupo.

Menciona David Matza :

La criminología positivista “sirve para orientar la atención hacia los aspectos anormales de la conducta delictiva y la creación de métodos de control social”.

Por otro lado está la criminología clínica que Benigno Di Tulio la define como:

La ciencia de las conductas antisociales y criminales basada en la observancia y el análisis profundo de casos individuales, normales, anormales o patológicos.

No hay mucha diferencia entre  esta definición y la actual sobre la criminología clínica que está basada en la tipicidad de la conducta, es decir en la clasificación de que dicha problemática subyace dentro del mal funcionamiento de la psique o de el incorrecto funcionamiento orgánico, hoy en día por ejemplo las neurociencias es una increíble, aceptable y confiable ciencia con la cual indudablemente se puede saber porque un sujeto delinque en el caso de que existiese en el mismo un daño orgánico, una disfunción neuropsicológica, y existen diversas formas de llegar a una conclusión, precisa del porque alguien desprende una conducta delictiva

Esto en el campo de los avances mas tecnológicos mas profundos e innovadores; pero desafortunadamente México es una país del tercer mundo, donde para llegar a esta tipo de tecnología es necesario el devenir de la historia y aun así tal vez podría representar un poco lento el cambio para que esto se pudiera consolidar como una realidad, por esta misma razón y en consecuencia de esta desigualdad social y económica y que nuestro país, en desarrollo, se encuentra en una lucha de intereses por todos lados y en todas las materias, los atavismos y las formas desactualizadas de hacer los estudios veraces en el campo de la investigación criminológica representan una utopía, un ideal, una meta muy a largo plazo, es sorprendente sin duda que a mas de un siglo del surgimiento de la criminología se tenga y se sigan preceptos primitivos, desactualizados y carentes de sustento científico, estudios realizados hace mas de de 100 años y lo mas lamentable es que estos sigan siendo fundamentales y base para la cátedra que se ofrece a quienes estudian una ciencia como la criminológica.

Evidentemente esto se realiza de forma dogmática, como si el optar o virar para un estudio moderno de la conducta delictiva en el campo de la clínica, representase sin duda una herejía a los postulados de Lombroso, es evidente que se siguen tomando parte  fundamental de los seudo estudios del llamado padre de la criminología que a través de los lustros ha sido ratificados como incorrectos por los investigadores en el campo de la criminología, pero que los países del tercer orden los siguen tomando y avalando como certeros y válidos

Entonces es por esta razón que el estudio del criminal y de la conducta antisocial  más que de brindar una  clara inclinación y argumentación científica, representa un acto de diversión, que despierta el morbo y la descalificación social y del Estado,

Eso en su lugar tendría que dar motivo y interés  para el profundo estudio para la implementación de niveles de prevención en  el nivel primario, secundario y terciario para mas que crear y establecer un control social acérrimo y basado en el autoritarismo esto sea una herramienta mas para ofrecer al legislador, a quienes crear las penas y las sanciones, y dar un viraje a las  herramientas preventivas mas que punitivas, alternativas diferentes a la pena privativa de la libertad, o aun mas allá que se eviten modelos de control social basados por ejemplo en :

la pena máxima es decir la prisión de por vida y la mas escalofriante, la pena de muerte, que en México siendo parte de un sistema político, económico y social basado en la desigualdad en la inequidad y en la ventaja de los que mas tiene, representa claramente un intento por acallar a quienes puedan representar claramente un peligro a los intereses de un partido, de un grupo, del mismo Estado, es sabido y reconocido en diversos países que la pena de muerte no resuelve, no disipa, no es persuasiva , mas que para intimidar al pobre, el que tiene capacidades diferentes o discapacitado, el homosexual, el indígena, el luchador social, quien muy difícilmente sería capaz siquiera de tomar un arma, salvo en condiciones extremas, no como el delincuente del fuero común o el que es parte del la compleja delincuencia organizada.

Sin embargo la clínica tiene aquí un papel fundamental o indudablemente necesario, que aunque el grueso de la población no sería capaz de desplegar conductas antisociales realmente graves y relevantes, si hay caso particulares, individuos que por alguna razón cometen actos severos, pues existe una diferenciación al robo de famélico que a quien cometo un robo calificado donde involucra medios violentos para obtener objetos materiales.

La persuasión con altas penas si pudiese aplicar para,  los ancianos, los homosexuales, grupos de indígenas, obreros con carestía grave de solvencia económica y familia, vagabundos, indigentes, campesinos etc. A lo mejor ni eso, es probable que ni siquiera se generara una persuasión por el desconocimiento de la ley penal, pues a esos niveles de pobreza económica e intelectual no hay conocimiento de lo que impera, tal vez si de manera somera,  aunque es probable que si se informara si causaría un efecto de miedo, un sentimiento de desventaja y de desigualdad. Hoy más que nunca, la pobreza, la marginidad y la delincuencia está erosionando la calidad de vida, incluyendo la de los más adinerados4.

 

 

4Oppenheimer, op cit. pág. 21

Sin embargo para los que no aplica esa intimidación que el  Estado intenta aplicar a través de métodos de control son para aquellos que comenten y comentarán delitos graves en esencia, como es el homicidio doloso, la violación, la privación de la libertad en su modalidad de secuestro, el robo calificado y desde luego el narcotráfico y la delincuencia organizada, pues son precisamente estos sujetos los que tienen un estructura de personalidad que trabaja totalmente diferente a quienes son intimidables, por ejemplo una sujeto señalado desde la clínica con una psicopatía o con un TPAS (con un trastorno de la persona Antisocial) difícilmente es intimidable, y son precisamente este tipo de personalidad los que representan y ejecutan los delitos mas graves, como los sicarios, su estructura de personalidad está formada y estructurada de una forma en que la empatía, la compasión, el respeto a la vida de otro, la piedad el reconocimiento de los derechos de otros, y la intimidación está muy disminuida, o en algunos casos está nula.

Sin embargo estos delitos y tipología de delincuentes  no son los únicos que representan un daño social equiparadamente grave como el que cometo el defraudador de ahorradores, los que orquestan y ejecutan fraudes electorales, quienes  intervienen en el desarrollo social y sustentable, los que desvían fondos nacionales y concentran grandes cantidades a sus cuentas personales y dañan la estabilidad económica de una nación, los asesinos seriales, los violadores y depredadores sexuales seriales;  quienes hacen invasiones, genocidio, persecución y homicidio de lideres sociales, es precisamente este tipo de delitos y los anteriores lo que son precisos marcarlos con penas correspondiente  a los actos ejecutados, pues en estos últimos, las victimas no son 1 o 2 o 3, son cientos, desde luego son lamentables las cifras pequeñas, pero en comparativa a las cientos, miles o quizás millones de personas que no tiene voz, que no tienen voto y que por su condición paupérrima son relegados del marco jurídico y presas de conductas antisociales de un individuo o una élite  y que sus conductas delictivas son  graves consecuencia.

                        Luego entonces, el estar enfrascado en un circulo vicioso de austeridad del conocimiento y de viejas prácticas, algunas inclusive muy arcaicas, agudiza profundamente la problemática social referente al delito, al individuo y a la sociedad.

Hace algún tiempo en un congreso de Derecho, llamado “Narcotráfico y Violencia en México” uno de los ponentes ante una pregunta acerca de una visión multidisciplinaria para tratar el tema de la violencia y el narcotráfico en México, este expuso y ratifico que no podía hablar de otra perspectiva que no fuera del Derecho y con esto el porque argumentaba la razón por la cual debían de legalizarse todas las drogas en México. Es precisamente este tipo de visión,  la que de alguna manera pueda desarticular y dar un atraso a la resolución que México requiere con apremiante urgencia, y el opinar desde una visión cerrada sin observar alrededor impide la creación y  explicación integral, multidisciplinaria de lo que en el México de hoy atañe, dar un punto de vista o una supuesta argumentación basada en el dogma, representa gravemente un error, pues tan solo subsume la problemática a ejercer parcialmente y de manera somera una explicación y una propuesta de resolución que referida en estudio no integral pudiera agudizar o hasta llegar a un estado crónico el narcotráfico en el México de hoy, que si bien es evidente que dentro del Estado Mexicano, con la legalización de todas las drogas pudiera eliminarse el narcotráfico, es muy coherente el expresar que no porque México lo haga lícito, lo demás países del mundo lo hagan de la misma forma, la figura y fondo delincuencial mutaría y se trasformaría en un delito claramente internacional, que aunque ya lo representa ya no habría demasiados bloqueos ni trabas para la libre circulación de drogas y las  vías para salir al exterior claramente se verían libres de transito;  eso sin marcar los graves estragos y profundas consecuencias de hacer permisivo y sin estigmatización el consumo de drogas como las de diseño, que por su efecto, sus daños colaterales representan un grave y dificultoso reto en salud publica, pues aun que no son legales, el consumo incrementa y las instituciones publicas no se dan a  vasto o simplemente no se dan cuenta de la problemática que esto representa,  no sería descabellado pensar que al quitarle la etiqueta de no delictivo, pudiera verse como una droga recreacional y de consumo social como los es el tabaco y el alcohol.

Evidentemente la prohibición jurídico-penal no es la solución como así tampoco la legalización lo es, pues al querer arreglar un aspecto suele a descuidarse otro y causar una desintegración o una degradación, los que no son detractores de que se legalicen todas la drogas, “argumentan” que se pueden establecer modelo preventivos para evitar el consumo, la pregunta aquí es,  ¿por qué hacerlo hasta entonces?, el discurso de políticos y gente que apuesta a la legalización es basarse en el supuesto de  evitar el consumo aunque sea legal, un caso claro y tomado como modelo por diversos países para el tema de  la legalización de las drogas es el adoptado en Holanda, dicho país Europeo representa está dentro del contexto de los países de primer mundo, cabe señalar que Holanda tiene una población de mas de 5 millones 600 mil habitantes, los cuales desde luego un índice bajo no son adictos, pero también hay que destacar que Holanda según datos obtenidos en el banco mundial y en el estudio de desarrollo económico menciona que hay un repunte y una consolidación de la economía, desde los años 60´s hasta la fecha, es decir la pobreza extrema no es una problemática social, la alfabetización no es problemática social.

En contraste está México que cuenta con una población  millones de marginados, una cifra incontable de personas en extrema pobreza,  donde existen 7 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, la gran mayoría no porque no tuviesen la intención, sino porque no pueden, no tienen, pues la educación publica está a un paso de la privatización,  se estandariza quien puede y quien no estudiar mediante un examen de admisión que no refleja evidentemente las aptitudes del aspirante ni las capacites intrínsecas de quien lo presenta, de esos 7 millones de los cuales se hizo referencia líneas arriba son los llamados y “bautizados” como los  “ninis”. Jóvenes sin educación, sin instrucción, sin oportunidades de desarrollo, sin vos ni voto, en un país tan radical e inmensamente inequitativo, es un aliciente para el hartazgo y para el quebrantamiento de leyes, si a esto le anexamos, el libre consumo de drogas, haciéndome más que nada referencia a la estimulantes, es probable que el nivel de inhibición sea ausente, y con el paso del tiempo se llegue a problemas orgánicos más importantes eso lo explica la neuropsicología, cuando se versa sobre síndromes disejecutivos5 por consumo y abuso de sustancias, en demasiados países del mundo,  “América Latina  es la región más violenta del mundo”4 y México no es la excepción la combinación drogadicción-delito, no es un mito; este tipo de políticas públicas permisivas, Está llevando a que progresivamente más jóvenes marginados, estén asaltando muros de sus ciudades ocultas armados y desinhibidos por las drogas para adentrarse en zonas comerciales o residenciales, y asaltar o secuestrar a quien parezca bien vestido, o lleve algún objeto brillante5,  cuando se el autor habla de ciudades ocultas, son aquellas zonas fortificadas que por miedo a la delincuencia y la inseguridad han sido protegidas y desplegadas de su propio habitad, de la convivencia social normal, eso refiere sin duda una disgregación y acentuación en la división de las clases sociales, a la inversa cualquiera que pudiera parecer pobre, se podría traducir en términos de apariencia delincuencial, lo si eso sucediera, la inconformidad  y la aversión entre los grupos sociales, podría generar conflictos de otra índole.

5Navas-Collado y J.J. Muñoz–García” El síndrome disejecutivo en la psicopatía” en actas del II Congreso internacional de Neuropsicología en Internet, 2004.

6Oppenheimer, op cit. Pág. 21.

7Openheimer, op. cit.  Pág. 22.

En Holanda a diferencia con México  existe una política de salud publica verás, efectiva, en contraste con la realidad mexicana donde se sabe de los graves conflictos económicos del sector salud,  falta de medicamentos, ausencia de especialistas, instalaciones en mal estado, falta de ética; ¿Qué sería si a esto se le incrementa el numero de adictos?, ¿Qué pasaría con el sector salud?, ¿Cuales son las estrategias que podría emprender? ¿Cuáles son las propuestas en este ámbito para los que insisten en la legalización de las drogas duras o de diseño? Y algo realmente grave y de analizar

¿Qué pasaría con esos 7 millones de ninis? Si se toma en cuenta que la desocupación genera vagancia,  y la vagancia, la falta de un proyecto de vida tiene como base indudable la tendencia a la adopción de conductas parasociales, como es el consumo de  drogas, y muy probablemente a la aceptación de conductas antisociales, pues en  el mejor de los casos si hay alguien que les mantenga pues pueden cubrir ciertas necesidades, ¿Pero si no?, ¿Qué pasaría si se involucraran en la adicción?, si no trabajan ¿Como le harían para continuar el consumo? en realidad si las drogas, específicamente las de diseño, solo fueses recreativas y ocasionales no representaría el menor daño, sin embargo son precisamente las drogas de diseño las que mayor índice de tolerancia y dependencia producen y el consumo ocasional puede derivar en una constante de consumo , consolidándose como adicción y así  evitar el síndrome de supresión, del cual mas adelante se comentará de ello en relación a las drogas de diseño.

Como señala Van de Brink “las dediciones de los gobiernos para considerar algo como ilegal no siempre está basado en la ciencia”. De igual forma se puede explicar al revés las políticas públicas pueden crearse y avalarse de forma inconsciente para tratar de sofocar una problemática urgente, dejando y olvidando por razón de costo y tiempo los estudios científicos que regulen o sustenten dicha creación del legislativo.

Ahora es sabido por estudios internacionales, como por ejemplo el realizado en el Centro de Estudios sobre el Delito y la Justicia de Gran Bretaña el cual fue publicado en la revista internacional médica Lancet que las drogas legales como el alcohol son generadores de mayores las problemáticas  delictivas y sociales, tanto en delitos culposos, como en delitos dolosos, ¿y si  ahora se anexa el libre consumo de drogas de diseño, que pasaría?

Los especialistas en el estudio hecho por los investigadores de la revista medica Lancet tomaron en cuenta siete categorías de perjuicio a los demás: “crimen o delito, conflicto familiar, daño al entorno cercano, daño a la sociedad, costos y deterioro de la relación con la comunidad8. Si se analiza, son estos puntos los  peligran por  el abuso de sustancias licita e ilícitas sin duda se pueden transpolar a la realidad social mexicana.

¿Qué se espera que pase si el índice de adictos a drogas de diseño aumentan? Existen programas de asistencia social, asociaciones para prevenir el consumo del alcohol, pero la problemática real está siendo rebasada por el sector salud, por el órgano de gobierno encargado de la salud publica, ahora el consumo de alcohol es legal y socialmente aceptado y no se hace lo que se propone si se legalizan las drogas, (modelos preventivos) si estas llegaran a ser legales ¿Qué se puede esperar cuando la legalización sea una realidad?

En países donde la droga no es legal pero existe un sistema de salud digno y un generoso sistema de bienestar social, por ejemplo en7 Noruega que cuenta con el mejor nivel de vida del mundo, hay una gran cantidad de adictos a drogas de diseño como la heroína, metanfetamina, la cocaína y aun así con ese excelente sistema de bienestar social el problema de consumo se está agravando, y las consecuencias que el uso y la adicción trae consigo ¿Qué se puede esperar de México? Donde la desigualdad social es imperante donde los índices de desocupación son alarmantes y donde el sistema de salud y bienestar social no se expresa al grueso poblacional y solo es dejado en el discurso político y de campaña

 


8 The lancet, 2010

9 National Geographic “Heroína y Cocaína”, NATGEO.

Deja un comentario